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miércoles, 20 de junio de 2012

Misioneras combonianas en mexico, guatemala y costa rica

AMOR QUE SE TRADUCE EN OBRAS

"El primer amor de mi juventud, fue África"
San Daniel Comboni fue un hombre apasionado por Jesucristo y África; él sólo vivió para aquel Continente y para todo lo que concerniera a los africanos. Cuando descubrió su vocación para ser misionero en África, Comboni lo dejó todo para ir a evangelizar aquellos pueblos que aún no conocían a Jesucristo. Recorrió mar, desierto, el Río Nilo para llegar a los lugares que Dios quería que visitara para llervar a cabo el anuncio de la Buena Nueva y la promoción humana.
Comboni hizo 8 viajes a África, todos ellos llenos de encuentros con culturas nuevas y costumbres diversas. Cuando se encontraba en Europa recorría algunos países para hablar de África y así obtener ayuda para las misiones: Francia, Italia, Alemania e Inglaterra eran los países que él visitaba. Se dice fácil, pero no fue así para Comboni pues en su tiempo no existían los aviones, así que él viajaba por tierra, mar y ríos. Cruzó varias veces el desierto africano en camello y experimentó las enfermedades tropicales propias de aquellos lugares de África; sin embargo, Comboni no sucumbió ante las dificultades pues estaba bien convencido de que Dios lo había llamado a semejante empresa. No en vano dice: "Ciertamente no economizaré fatigas, ni viajes, ni mi vida, para tener éxito en la empresa. Moriré con el nombre de África en mis labios".
Inteligente e intuitivo por naturaleza, Comboni escribió un Plan para la Regenaración de África, un proyecto que abarcaba al africano en su totalidad, y no solo en su espíritu. El Plan de Comboni contenía un trabajo para la liberación integral de los africanos pues sabía bien que Dios salva no sólo el espíritu, sino a todo el hombre, en su totalidad. Cuando este gran apóstol se vio obligado por las circunstancias fundó a los Misioneros Combonianos y a las Misioneras Combonianas para llevar a cabo, junto con ellos y ellas, la realización de su Plan en favor de ÁFrica.
La labor misionera de Comboni no estuvo exenta de dificultades y malos entendidos, pero él supo sobrepasarlos porque estaba convencido de que la Misión era más grande que todas esas cruces que sobre él pesaban.
Con un corazón de padre, hermano y amigo habló a los africanos un día, diciendo:
"El primer amor de mi juventud fue para esta África desdichada, y dejando todo lo que más quería en el mundo vine hace dieciséis años a estas comarcas con el fin de ofrecer mi trabajo para aliviar sus seculares desdichas... Regreso entre ustedes para no dejar nunca de ser suyo y para estar enteramente consagrado para siempre a su mayor bien. El día y la noche, el sol y la lluvia, me hallarán igualmente y siempre atento a sus necesidades espirituales; el rico y el pobre, el sano y el enfermo, el joven y el anciano, el amo y el criado, siempre tendrán el mismo acceso a mi corazón. Su bien será el mío y sus penas también serán las mías. Yo acepto hacer causa común con cada uno de ustedes, y el más feliz de mis días será aquel en que pueda dar la vida por ustedes".
Y así fue. Comboni lo dio todo por África. Murió en Sudán, el 10 de octubre de 1881.

¿Qué te dice la vida de este misionero? Tal vez tú no estás llamado a irte a África u otro lugar para evangelizar, pero, ¿qué mensaje recibes de Comboni ahí donde te encuentras, en el estilo de vida que Dios te ha pedido seguir? ¿Qué mueve tu vida? ¿Estás abierto/abierta a los demás? ¿Qué ideal persigues en la vida?
Muchos "cristianos" se dedican a construir su propio mundo donde no hay cabida para los demás, para los sueños solidarios. Los cristianos católicos estamos llamados a amar a todos con hechos concretos y no sólo con palabras y buenos deseos. Hay que salir de nuestros hogares, de nuestros pequeños espacios para abrir los horizontes hacia la fraternidad, la igualdad, la ayuda solidaria. El mundo será un mejor mundo cuando todos los llamados cristianos seamos personas que miran al otro en su necesidad para darle la mano; cuando entremos en esos ámbitos políticos y económicos para favorecer a los más pobres; cuando seamos personas incluyentes y no discriminadoras.
Comboni tiene mucho que enseñarnos hoy. Acepta el reto de su enseñanza.

San Daniel Comboni, ruega por nosotros.

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